Una duda muy frecuente entre los usuarios es si una caja fuerte ignífuga, además de proteger frente a incendios, también ofrece seguridad contra intentos de robo. La respuesta depende del modelo y, sobre todo, de las certificaciones que posea.
Ignífuga vs. antirrobo: dos conceptos distintos
La resistencia al fuego se centra en mantener el interior de la caja a salvo de temperaturas extremas. En cambio, la resistencia frente a robos evalúa la capacidad de la caja para soportar ataques con herramientas como palancas, taladros o explosivos. No todas las cajas ignífugas están preparadas para ambas funciones.
El papel de las certificaciones
Para saber si una caja ignífuga también es antirrobo, hay que comprobar que esté homologada según la norma EN 1143-1. Las cajas fuertes homologadas bajo esta norma han sido sometidas a pruebas de laboratorio que miden su resistencia frente a diferentes técnicas de ataque.
Modelos de doble certificación
Existen cajas fuertes que combinan ambas protecciones: ignífuga y antirrobo. Estos modelos son ideales para empresas y usuarios particulares que buscan un sistema integral de seguridad frente a múltiples riesgos.
¿Qué ocurre con los armarios ignífugos?
Los armarios ignífugos suelen centrarse en la protección contra incendios y el almacenamiento de grandes volúmenes de documentos. No siempre cuentan con certificación antirrobo, por lo que deben complementarse con medidas adicionales de seguridad.
Ventajas de elegir una caja ignífuga certificada antirrobo
- Protección frente a incendios con resistencia de hasta 120 minutos.
- Seguridad contra ataques físicos avalada por grados de certificación.
- Reconocimiento por parte de aseguradoras en pólizas de cobertura.
Una caja fuerte ignífuga puede ser también resistente a robos si cuenta con certificación oficial EN 1143-1. Antes de comprar, es esencial verificar estas homologaciones para asegurarse de que el producto ofrece una protección completa, tanto frente al fuego como ante intentos de acceso no autorizado.
